lunes, 26 de noviembre de 2007

MI CORAZÓN SE AMERITA...

A Rafael López
Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
Yo lo sacara al día, como lengua de fuego
que se saca de un ínfimo purgatorio a la luz;
y al oírlo batir su cárcel, yo me anego
y me hundo en la ternura remordida de un padre
que siente, entre sus brazos, latir un hijo ciego.

Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
Placer, amor, dolor... todo le es ultraje
y estimula su cruel carrera logarítmica,
sus ávidas mareas y su eterno oleaje.

Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
Es la mitra y la válvula... Yo me lo arrancaría
para llevarlo en triunfo a conocer el día,
la estola de violetas en los hombros del alba,
el cíngulo morado de los atardeceres,
los astros, y el perímetro jovial de las mujeres.

Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
Desde una cumbre enhiesta yo lo he de lanzar
como sangriento disco a la hoguera solar.
Así extirparé el cáncer de mi fatiga dura,
seré impasible por el Este y el Oeste,
asistiré con una sonrisa depravada
a las ineptitudes de la inepta cultura,
y habrá en mi corazón la llama que le preste
el incendio sinfónico de la esfera celeste.

Ramón López Velarde

CARA O CRUZ


Filósofos,
para alumbrarnos, nosotros los poetas
quemamos hace tiempo
el azúcar de las viejas canciones con un poco de
ron.
Y aún andamos colgados de la sombra.
Oíd,
gritan desde la torre sin vanos de la frente:
¿Quién soy yo?
¿He escapado de un sueño
o navego hacia un sueño?
¿Huí de la casa del Rey
o busco la casa del Rey?
¿Soy príncipe esperado
o príncipe muerto?
¿Se enrollao desenrolla el film?
Este túnel
¿me trae o me lleva?
¿Me aguardan los gusanos
o los ángeles?
¿Oísteis?
Es la nueva canción,
y la vieja canción...
¡nuestra pobre canción!
¿Quién soy yo?...
Mi vida está en el aire dando vueltas.
¡Miradla, filósofos, como una moneda que decide!
¿Cara o cruz?...
¡Cruz!
Perdí... Filósofos, perdí.
Yo no soy nadie.
Un hombre con un grito de estopa en la garganta
y una gota de asfalto en la retina.
Yo no soy nadie.
Y no obstante, estas manos, mis antenas de hormiga,
han
ayudado
a clavar la lanza en el costado del mundo y detrás
de
la lupa de la luna hay un ojo que me ve como a un
microbio
royendo el corazón de la Tierra.
Tengo ya cien mil años y hasta ahora no he
encontrado otro
mástil de más duste que el silencio y la sombra
donde colgar mi
orgullo;tengo ya cien mil años y mi nombre en el cielo se
escribe conlápiz.
El agua, por ejemplo, es más noble que yo.
Por eso las estrellas se duermen en el mar
y mi frente romántica es áspera y opaca.
Detrás de mi frente -filósofos, escuchad esto bien-,
detrás de mi frente hay un viejo dragón :
el sapo negro que saltó de la primera charca del
mundo
y está aquí, aquí, aquí...
agazapado en mis sesos,
sin dejarme ver el Amor y la Justicia.
Yo no soy nadie, nadie.
Un hombre con un grito de estopa en la garganta
y una gota de asfalto en la retina...Yo no soy
nadie, filósofos...
Y éste es el solo parentesco que tengo con vosotros.

León Felipe

domingo, 25 de noviembre de 2007

VERSOS DEL CAMINANTE

I
Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.

II
Poesía,
tristeza honda y ambición del alma,
cuándo te darás a todos... a todos,
al príncipe y al paria,
a todos...sin ritmo y sin palabras!

III
Sistema, poeta, sistema.
Empieza por contar las piedras,
luego contarás las estrellas.

IV
Poeta
ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño...una pluma de amor en el costado.

V
No andes errante...
y busca tu camino.
-Dejadme-.
Ya vendrá un viento fuerte
que me lleve a mi sitio.

León Felipe

Aerosmith - Hole in my soul

Hole in my soul
I'm down a one way street
With a one night stand
With a one track mind
Out in no man's land
(The punishment sometimes
Don't seem to fit the crime)
Yeah there's a hole in my soul
But one thing I've learned
For every love letter written
There's another one burned
(So you tell me how it's gonna be this time)
Is it over
Is it over
'Cause I'm blowin' out the flame
Take a walk outside your mind
Tell me how it feels to be
The one who turns the knife inside of me
Take a look and you will find there's nothing there
girl Yeah I swear, I'm telling you girl yeah 'cause
There's a hole in my soul that's been killing me
forever It's a place where a garden never grows
There's a hole in my soul, yeah
I should have known
better
'Cause your love's like a thorn without a rose
I'm as dry as a seven year drought
I got dust for tears
And I'm all tapped out
(Sometimes I feel broke and can't get fixed)
I know there's been all kinds of shoes underneath
your bed
Now I sleep with my boots on but you're still in my
head
(And something tells me this time I'm down to my
last licks)
'Cause if it's over
Then it's over
And it's driving me insane
Take a walk outside your mind
Tell me how it feels to be
The one who turns the knife inside of me
Take a look and you will find there's nothing there
girl Yeah I swear, I'm telling you girl yeah 'cause
There's a hole in my soul that's been killing me
forever
It's a place where a garden never grows
There's a hole in my soul, yeah I should have known
better
'Cause your love's like a thorn without a rose
Is it over
Yeah it's over
And I'm blowin' out the flame
Take a walk outside your mind
Tell me how it feels to be
The one who turns the knife inside of me
Take a look and you will find
There's nothing there girl yeah I swear
I'm telling you girl, yeah,
'Cause there's a hole in my soul
That's been killing me forever
It's a place where a garden never grows
There's a hole in my soul
Yeah, I should have known better
'Cause your love's like a thorn
Without a rose.
Traduccion al español: Hoyo En Mi Alma
Voy calle debajo de una sola dirección
Con una posición nocturna
Con una mente de huella
Afuera en tierra de nadie
(El castigo a veces no parece atacar al crimen)
Si, hay un agujero en mi alma
Pero una cosa he aprendido
Para cada carta de amor escrita
Hay otra quemada
(Pues dime como va a ser esta vez)
Se terminó Se terminó
Porque estoy apagando la llama
Haz un paseo fuera de tu mente
Cuéntame como se siente ser
Aquel que gira su cuchillo dentro de mi
Mírate y verás que no hay nada allí chica
Si, lo juro, te lo estoy contando chica porque
Hay un agujero en mi alma que ha estado matándome
por siempre
Es un lugar donde un jardín nunca crece
Hay un agujero en mi alma, si, debería haberlo
sabido mejor
Porque tu amor es como una espina sin una rosa
Estoy tan seco como siete años de sequía
Tengo polvo para las lágrimas
Y estoy todo agujereado
(A veces me siento roto y no puedo arreglarme)
Yo sé que ha habido toda clase de zapatos debajo de
tu cama
Ahora duermo con mis botas puestas pero tu aún estás
en mi cabeza
(Y algo me dice que esta vez estoy en mis últimas
lamidas)
Porque se terminó
Entonces se terminó
Y me está volviendo loco
Haz un paseo fuera de tu mente
Cuéntame como se siente ser
Aquel que gira su cuchillo dentro de mi
Mírate y verás que no hay nada allí chica
Si, lo juro, te lo estoy contando chica porque
Hay un agujero en mi alma que ha estado matándome
por siempre
Es un lugar donde un jardín nunca crece
Hay un agujero en mi alma, si, debería haberlo
sabido mejor
Porque tu amor es como una espina sin una rosa
¿Se terminó?
Si se terminó
Y estoy apagando la llama
Haz un paseo fuera de tu mente
Cuéntame como se siente ser
Aquel que gira su cuchillo dentro de mi
Mira y verás
Que no hay nada allí chica, si lo juro
Te lo estoy contando chica, si
Porque hay un agujero en mi alma
Que ha estado matándome por siempre
Es un lugar donde un jardín nunca crece
Hay un agujero en mi almasi, debería haberlo sabido mejor
Porque tu amor es como una espina
Sin una rosa

EL ÚLTIMO GUERRERO

Lautaro - Lautaro, dice su galopar
y sus perros lo siguen como el viento
(Leonel Lienlaf)

1
Hijo del más sangriento día
tu ardor ilumina la ruta donde pasas
tu cabellera de cruces se alarga
y se pierde en sí misma
y en ella cuelga la noche con dientes y cometas
en ella cuelgan las gotas de un amanecer distante
incierto y desbocado como un caballo ciego
trotando sin edad y sin memoria
secretamente adherido al resplandor de un beso
Secretamente hacinado entre sombras y estrellas
llegas de donde nadie ha venido jamás
jinete de la luz sin estandarte
recopilado en antologías futuras
en episodios por siglos malheridos
traes la evocadora acústica de los mares
el eco de un relámpago que roe la tiniebla
traes un millón de abejas atadas al cuello
imitando los gestos de un espejo sonámbulo
traes en tu corazón un bosque azul
una semilla para ser repartida
una trinchera donde aguardan los olvidados de
siempre
Y pareciera que tu voz es brisa, lluvia, tempestad
lamento de volcán recién nacido
campana de una aurora preñada
más primitiva y más pura que el deseo y su ceniza
más aferrada a la tierra que a su propia vida
2
Vocero de los sueños
los pejerreyes no saben de ti
pero han navegado las aguas que riegan tu origen
han visto latir las aguasy en ellas quieren morir
sin más adiós que un mediodía de escamas
sin más despedida que tu sangre río abajo
destiñéndolo todo
Porque a pesar de los ladridos del hambre
a pesar de las caricias del miedo
a pesar del trino manoseado del recuerdo
te sacudes las hormigas espolvoreándolas
más allá de la penumbra
te levantas como un viento acorralado
echando fuego y telarañas de luto
cicatrices de una guadaña ensañada
con los verdugos del alma
con aquéllos que reparten el dolor
y la miseria a bocanadas
contra ésos te levantas
sin espada y sin coraza
armado solamente de palomas
y murciélagos inéditos
de grillos que interpretan a capella
la eternidad de tu alegría
Mario Melendez

Los malaventurados no lloran

Sé que esta en algún lugar mejor
donde no hay abuso fuera de este mundo
quiero encontrar el medio para yo
poder hablar con ella poder decirle a ella
que aquí todo esta peor
que al igual que ella mi voluntad tambien murió
le quiero platicar que todo sale mal
que yo la alcanzaría
teniendo la oportunidad.
Sé que ella se siente mejor
allá no hay suplicio sería muy impulsivo
el utilizar el medio y llegar a lo desconocido
sentirla al lado mío
y decir que todo esta peor
que al igual que ella
mi esperanza se murió la quiero abrazar
que todo sea igual mi vida ya es tan
gris que el dolor nunca más se marchara ..
Me vendría bien recordar
debo yo recordar
y sentir ser mejor es mejor
no creer en el amor
así como le hago yo.
La debería de odiar
por dejarme aquí
pero ella no escogióso
y un simple amante loco yo que aprendido mi
lección...
Sé que esta en algun lugar mejor
donde no hay abuso fuera de este mundo
quiero encontrar el medio para yo poder hablar con
ella poder decirle a ella
que aquí todo esta peor que al igual que ella mi
voluntad tambien murió
la quiero saludar a su oido suspirar por mientras yo
la extraño mi vida
desvanece más

UN DÍA VOLVERÉ A TUS OJOS

Un día volveré a tus ojos
y comenzaré de nuevo
volveré con un sonido hueco de metal
y sol mojado
buscaré entre los papeles del tiempo
tu cuerpo verde y tus cabellos de uva
te coronaré en silencio con mi boca
y con mis manos que no terminan
Volveré por ti y por tu sangre estrellada
viendo pasar la tarde como una sombra antigua
algo se romperá allá arriba y no seremos nosotros
algo se quemará de pronto con el eco de tus sábanas
Y volveré más vivo, más puro, más hambriento
y volveré volando y desgarrando plumas
todo lo haré por ti, todo en silencio
que hasta los gallos prolongarán la noche
cuando te vean desnuda

Mario Melendez

TENÍAS UN REBOZO DE SEDA

Tenías un rebozo en que lo blanco
iba sobre lo gris con gentileza,
para ser a los ojos que te amaban
un festejo de miel en la maleza.
Del rebozo en la seda me anegaba
con fe, como en un golfo intenso y puro,
a oler abiertas rosas del presente
y herméticos botones del futuro.
En abono de mi sinceridad,
séame permitido un alegato:
Entonces era yo seminarista
sin Baudelaire sin rima y sin olfato;
¿guardas flor del terruño aquel rebozo
de maleza y de nieve, en cuya seda
me dormí, aspirando la quinta esencia
de tu espalda leve?

Ramón López Velarde

jueves, 22 de noviembre de 2007

el cuervo

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones
embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada
ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.
”Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!
De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche
Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!
”Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto
Edéntendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche
Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

Edgar Allan Poe

Cuando Estuve En El Mar Era Marino...

Cuando estuve en el mar era marino
este dolor sin prisas.
Dame ahora tu boca:
me la quiero comer con tu sonrisa.

Cuando estuve en el cielo era celeste
este dolor urgente.
Dame ahora tu alma:
quiero clavarle el diente.

No me des nada, amor, no me des nada:
yo te tomo en el viento,
te tomo del arroyo de la sombra,
del giro de la luz y del silencio,
de la piel de las cosas
y de la sangre con que subo al tiempo.
Tú eres un surtidor aunque no quieras
y yo soy el sediento.

No me hables, si quieres, no me toques,
no me conozcas más, yo ya no existo.
Yo soy sólo la vida que te acosa
y tú eres la muerte que resisto.


Jaime Sabines

La Vieja Ines - Cuando Lleguen las Lluvias


Si cuando lleguen las lluvias no me encuentras
Es porque fuí a buscar mis herramientas
Para cavar una fosa y sepultar todas mis cosas
¿Sabes? que guardaba para tí

Si cuando lleguen las lluvias me ves parado
me ves parado)
escurriendo tristezas sobre mojado
no creas que estoy llorando
llorando)
si ves brillando mi cara es tan solo la lluvia que no para

Si cuando lleguen las lluvias ves que me voy
es porque pudo mas que tu mi frustración
es que no encontré otro modo para taparme este hoyo
que se ha hecho grande a fuerza de esperar

Ayer llegaron las lluvias, hoy tengo que partir
es que no encontré otra forma para arrancarte de mí
Dame un beso en el aire, que con el aire guardaré
Dame un beso en la mejilla por si no te vuelvo a ver

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Antelación del amor

Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito
y de niña,
ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o
acallamiento
serán favor tan persuasivo de ideas
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis ávidos brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud
absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la
selección del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no
tienes,
Arrojado a la quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera quizás como Dios ha de
verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.

Jorge Luis Borges

Edgar Allan Poe


Edgar Allan Poe (19 de enero de 1809 - 7 de octubre de 1849), escritor romántico estadounidense, cuentista, poeta, crítico y editor, unánimemente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto.
Es considerado el padre del cuento de terror psicológico y del short story (relato corto) en su
país. Fue precursor asimismo del relato detectivesco y de la literatura de ciencia ficción, y renovador de la llamada novela gótica.
Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa, pero su importancia alcanza mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana, y, en mayor o menor medida, autores como Kafka, Lovecraft, Borges, etc.

Su obra poética magistral El cuervo, es traducida por primera vez al español en el año 1887, por el poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde. En una de sus cartas, dejó escrito: Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo; es un honesto deseo de futuro.
Nacido en Boston, Massachussets, en 1809, era el segundo de los tres hijos de un humilde matrimonio de actores, David Poe y Elisabeth Arnold, de ascendencia irlandesa e inglesa respectivamente. Fue abandonado a los nueve meses por su padre y a los tres años quedó
huérfano de madre, siendo entonces acogido por el matrimonio formado por Frances y John Allan, de Richmond (Virginia). Su padrastro, del cual Edgar tomaría el apellido, fue un acaudalado hombre de negocios de ascendencia escocesa; hombre colérico e intransigente, jugó un papel destacado —negativamente hablando— en la vida del escritor; tenía tres hijos
ilegítimos a los cuales trataba mejor. Mientras su madrastra, lo mimó siempre y le consentía todo y las palabras del pequeño Edgar "eran ley en la casa", según dejó escrito[sin referencias]. Tuvo una educación sureña, plagada de leyendas que nutrieron al joven Poe, al igual que los capitanes de veleros que se acercaban a Richmond, que le inspiraron para su posterior obra de las Aventuras de Arthur Gordon Pymm.
La familia Allan se mudó a Inglaterra cuando Poe contaba seis años. Allí estudió durante cinco años en un típico colegio británico de la época y se quedó prendado de los edificios góticos, plasmándose en su mente. También estuvo por Irvine (Escocia) maravillándole el folclore escocés. Empezó a leer a Walter Scott, creándole gran influencia, además de Joseph Addison, Alexander Pope y Ann Radcliffe. Sus libros de cabecera siempre fueron Ivanhoe y Manfredo de Lord Byron.
De nuevo en Estados Unidos, con 11 años, siente complejo de inferioridad lo que le empuja a llamar la atención, como por ejemplo realizar fugas misteriosas. Empieza a escribir poemas inspirándose en Byron y se enamora con 15 años de la madre de un compañero de colegio, la cual murió inmersa en un delirio alocado, lo que reflejará en las heroínas de sus relatos y a la cual dedicó un poema Helen. Más tarde tendría una relación con Sarah Elmira Royster (ya de su edad), que sin embargo fue rechazada por el padrastro de Edgar.
Años más tarde, en 1826, comenzó los estudios universitarios en la Universidad de Virginia, en la ciudad de Charlotesville, donde se distinguió en las asignaturas de latín y francés, además de estudiar italiano y español. Se cultivó mucho en esta época ya que leía todo libro que caía en sus manos. Sin embargo, no terminó el primer curso académico, al serle retirada la ayuda paterna debido a sus deudas de juego y sus problemas con el alcohol y el láudano; antes de irse quemó su habitación con todos sus muebles. En 1827, y bajo el nombre de Edgar A. Perry, se alista en el Ejército, en el que permaneció dos años y fue ascendido a sargento mayor. Entre 1827 y 1829 publica en Boston, gracias al editor Calvin Thomas, sus dos primeros libros de poesía: Tamerlán y otros poemas y Al Aaraaf, Tamerlán y poemas menores. Entre ese tiempo murió su querida madrastra Frances, sumiéndole en una gran melancolía, algo constante en su vida. A raíz de
una breve reconciliación con su padrastro, en mayo de 1830, solicitó una plaza en la academia militar de West Point, carrera que también abandonó a causa de nuevas desavenencias con Allan y de la retirada de su apoyo, aunque conservaría el capote de cadete durante toda su vida.
Su tía Clemm lo acogió junto a su hermano William Henry y su prima Virginia en la ciudad de Baltimore, convirtiéndose en su nueva familia. Se enamoró de una vecina de su tía, una tal Mary Deveraux, con la que se hace novio durante un año, al terminarse la relación por las continuas escenas de celos de Edgar y el descontento del padre de ella, el cual le llegó a pegar una paliza. En 1832 consigue publicar cinco relatos en el periódico Saturday courier, de Filadelfia. Dedicado al periodismo, a lo largo de los años fue redactor, redactor jefe y editor en periódicos y revistas como "Southern Literary Messenger", "Burton's Gentleman's Magazine" y "Graham's Magazine" entre otros, desplazándose continuamente entre Boston, Baltimore y Nueva York,
pues se mostró incapaz de asentarse en un trabajo fijo, debido a su mala salud, el alcohol y las
deudas. En 1833 obtuvo el primer premio en el concurso literario organizado por The Baltimore
Saturday Visitor con su relato Manuscrito hallado en una botella. En 1834 murió su padrasto sin dejarle herencia, cosa que le afectó. En 1836 se casa con su prima Virginia de 13 años, a la que llegó a querer hasta la locura y era la que lo unía al mundo real.
Le dedicó un poema, Anabel Lee. Como en estos años no tuvo trabajo fijo, se dedicó con entusiasmo a escribir relatos, creando los mejores de su obra. Fue asesor editorial del Burton's Gentelman's Magazine, el cual gracias a él elevó su tirada. Luego lo abandonó por causas no conocidas. Fue director de editorial del Graham's Magazine, el cual debe abandonar por sus frecuentes borracheras, pero aumentó el número de subcriptores en 35.000. En 1845
llegó a convertirse en propietario del "Broadway Journal", de Nueva York, que sin embargo cerró al año siguiente por problemas económicos. Su estilo agudo y en ocasiones cruel, especialmente tratándose de crítica literaria, le granjeó cierta notoriedad en la costa Este. Compaginaba su actividad periodística con la publicación de sus escritos.En 1840, en la ciudad de Filadelfia, (Pensilvania) logró publicar, en dos volúmenes, una recopilación de sus relatos aparecidos en prensa: Tales of the Grotesque and Arabesque (Cuentos de lo grotesco y
arabesco), que contenía algunas de sus obras más importantes (La caída de la Casa Usher, Ligeia, Manuscrito hallado en una botella) y hoy es considerado uno de los hitos más importantes en la historia de la literatura fantástica de todos los tiempos. Además con El escarabajo de oro consiguió ganar de nuevo otro concurso literario. Durante esta época sus cuentos se valoran y obtiene una gran reputación. Sin embargo, fue uno de sus poemas, El cuervo, el que por fin le dio fama nacional y aclamación por todos al ser publicado en el periódico Evening Mirror el 29 de enero de 1845. Cubierto de gloria, realiza en esta época una gira por el país recitando poemas y relatos gracias a su magnífica y embrujadora elocuencia. Pero el éxito y la alegría acabó pronto ya que en 1846 quiebra su publicación y por si fuera poco su amada Virginia muere por tuberculosis el 30 de enero de 1847. La desesperación y la depresión llaman de nuevo a su puerta y se entrega de nuevo al alcohol y a vagabundear por las calles. Lo que siguió fueron
meses de desvarío y excesos, aunque surgen poemas como Ulalume y el ensayo cosmogónico Eureka.Según se aprecia en su correspondencia, Poe sufrió durante toda su vida fuertes depresiones nerviosas, de las que se defendía, como se ha visto, por medio del láudano y el alcohol. Fue además continuamente asediado por problemas económicos, muchas veces
derivados de dichas aficiones. La enfermedad y posterior muerte de su mujer por tuberculosis (al igual que su madre biológica) en 1847, y varios fracasos posteriores (ya al final de su vida) en sus relaciones amorosas, agravaron su alcoholismo. Buscó la compañía de mujeres como Marie Louise Shew, Annie Richmont o Sarah Helen Whitman. Hay propuestas de matrimonio pero Poe ya no tenía ilusión por nada, aunque el reencuentro con un antiguo amor de juventud, Elmira, lo animó a contraer matrimonio con ella, con la condición de que dejara el alcohol y las drogas. La fecha de la boda estaba concertada para el 17 de octubre, se le vio en Richmond entusiasmado e
incluso feliz, pero cuando el poeta se dirige a Baltimore con el propósito de visitar a unos amigos,
se le pierde la pista.
El 3 de octubre de 1849 fue encontrado en estado de desvarío y con ropas que no le correspondía frente a una taberna en la ciudad de Baltimore, Maryland. Probablemente afectado de delirium tremens, fue trasladado al Washintong College Hospital, donde fue atendido por el doctor James E. Snodgrass. Sufrió alucinaciones, delirios y extravíos, y opuso resistencia a los enfermeros, alternado esto con lucidez. Al final murió en la madrugada del 7 de octubre. La leyenda, recogida por Julio Cortázar en el prólogo a sus traducciones de Poe, cuenta que en sus últimos momentos invocaba obsesivamente a un explorador polar, llamado Reynolds, que había servido de referente para su novela de aventuras fantásticas La narración de Arthur Gordon Pym, y que al expirar pronunció estas palabras: "¡Que Dios se apiade de mi pobre alma!".
La causa precisa de su muerte es aún hoy controvertida, habiéndose señalado la posibilidad de
que sufriera diabetes, varios tipos de deficiencias enzimáticas, e incluso rabia.
El doctor James E. Snodgrass escribiría después de la muerte de Poe sobre las circunstancias en que se lo encontró y sus últimas horas.
La obra epsitolar de Poe fue intensa durante toda su vida y es sobrecogedor leer las cartas de sus últimos meses en los que incluso pedía a su tía que muriera junto a él.

Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Edgar_Allan_Poe

UN SUEÑO

¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
antes de partir, confieso
que acertaste si creías
que han sido un sueño mis días;
¿Pero es acaso menos grave
que la esperanza se acabe
de noche o a pleno sol,
con o sin una visión?
Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueno.

Frente a la mar rugiente
que castiga esta rompiente
tengo en la palma apretada
granos de arena dorada.
¡Son pocos! Y en un momento
se me escurren y yo siento
surgir en mí este lamento:
¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo
retenerlos en mis dedos?
¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera
salvar uno de la marea!
¿Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño?

Versión de Carlos Arturo Torres





Edgar Allan Poe

LA DURMIENTE

Era la medianoche, en junio, tibia, bruna.
Yo estaba bajo un rayo de la mística luna,
Que de su blanco disco como un encantamiento
Vertía sobre el valle un vapor soñoliento.
Dormitaba en las tumbas el romero fragante,
Y al lago se inclinaba el lirio agonizante,
Y envueltas en la niebla en el ropaje acuoso,
Las ruinas descansaban en vetusto reposo.
¡Mirad! También el lago semejante al Leteo,
Dormita entre las sombras con lento cabeceo,
Y del sopor consciente despertarse no quiere
Para el mundo que en torno lánguidamente muere
Duerme toda belleza y ved dónde reposa
Irene, dulcemente, en calma deleitosa.
Con la ventana abierta a los cielos serenos,
De claros luminares y de misterios llenos.
¡Oh, mi gentil señora, ¿no te asalta el espanto?
¿Por qué está tu ventana, así, en la noche abierta?
Los aires juguetones desde el bosque frondoso,
Risueños y lascivos en tropel rumoroso
Inundan tu aposento y agitan la cortina
Del lecho en que tu hermosa cabeza se reclina,
Sobre los bellos ojos de copiosas pestañas,
Tras los que el alma duerme en regiones extrañas,
Como fantasmas tétricos, por el sueño y los muros
Se deslizan las sombras de perfiles oscuros.
Oh, mi gentil señora, ¿no te asalta el espanto?
¿Cuál es, di, de tu ensueño el poderoso encanto?
Debes de haber venido de los lejanos mares
A este jardín hermoso de troncos seculares.
Extraños son, mujer, tu palidez, tu traje,
Y de tus largas trenzas el flotante homenaje;
Pero aún es más extraño el silencio solemne
En que envuelves tu sueño misterioso y perenne.
La dama gentil duerme. ¡Que duerman para el mundo!
Todo lo que es eterno tiene que ser profundo.
El cielo lo ha amparado bajo su dulce manto,
Trocando este aposento por otro que es más santo,
Y por otro más triste, el lecho en que reposa.
Yo le ruego al Señor, que con mano piadosa,
La deje descansar con sueño no turbado,
Mientras que los difuntos desfilan por su lado.
Ella duerme, amor mío. ¡Oh!, mi alma le desea
Que así como es eterno, profundo el sueño sea;
Que los viles gusanos se arrastren suavemente
En torno de sus manos y en torno de su frente;
Que en la lejana selva, sombría y centenaria,
Le alcen una alta tumba tranquila y solitaria
Donde flotan al viento, altivos y triunfales,
De su ilustre familia los paños funerales;
Una lejana tumba, a cuya puerta fuerte
Piedras tiró, de niña, sin temor a la muerte,
Y a cuyo duro bronce no arrancará más sones,
Ni los fúnebres ecos de tan tristes mansiones
¡Qué triste imaginarse pobre hija del pecado.
Que el sonido fatídico a la puerta arrancado,
que quizá con gozo resonara en tu oído,
de la muerte terrífica era el triste gemido!
Edgar Allan Poe

XLI LO FATAL

A René Pérez

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser
vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...

Rubén Darío

sábado, 17 de noviembre de 2007

DESAHUCIO

Ángeles malos o buenos,
que no sé,
te arrojaron en mi alma.
Sola, sin muebles y sin alcobas,
deshabitada.

De rondón, el viento hiere
las paredes,
las más finas, vítreas láminas.
Humedad. Cadenas. Gritos. Ráfagas.

Te pregunto:
¿cuándo abandonas la casa,
dime,
qué ángeles malos, crueles,
quieren de nuevo alquilarla?
Dímelo.


Rafael Alberti

A LA TRAICIÓN DE UNA HERMOSA

Tú que prendiste ayer los aurorales
fulgores del amor en mi ventana;
tú, bella infiel, adoración lejana,
madona de eucologios y misales;

tú, que ostentas reflejos siderales
en el pecho enjoyado, grave hermana,
y en tus ojos, con lumbre sobrehumana,
brillan las tres virtudes teologales:
no pienses que tal vez te guardo encono
por tus nupcias de hoy. Que te bendiga
mi señor Jesucristo. Yo perdono

tu flaqueza, y esclavo de tu hechizo,
de tu primer hijuelo, dulce amiga,
celebraré en mis versos el bautizo.

Ramon Lopez Velarde

Kerigma - Tres Lunares

Era su silueta, cada noche en la ventana,
Una fantasía, convertida en realidad,
En la ceremonia, antes de dormir, se preparaba.

Algo de gimnasia, para estar en vaya forma,
Luego la pijama, terminaba el show,
Solo algunas veces mi conciencia me pegaba,
Aquello ya era una adicción.

Nunca pude hablarle, cuando estuve cerca,
Ni saber su nombre, ni ella mi afición,
Hoy que se ha marchado, vivo prisionero,
De aquella angelical visión.

Nunca estuviste conmigo,
Y tus tres lunares de memoria sé,
El de la rodilla, el de tu mejilla,
Y el que solo yo podría morder.

Hasta con los ojos cerrados,
Esos tres lunares podría yo encontrar,
El de la rodilla, el de tu mejilla,
Y el que solo yo podría, devorar.

Si se apareciera, frente a tu ventana,
Por favor me llamas, deja dirección,
No intentes mirarla, has lo que te digo,
Los lunares causan adicción.

Nunca estuviste conmigo,
Y tus tres lunares de memoria sé,
El de la rodilla, el de tu mejilla,
Y el que solo yo podría morder.
Hasta con los ojos cerrados,
Esos tres lunares podría yo encontrar,
El de la rodilla, el de tu mejilla,
Y el que solo yo podría, devorar.

Recuerdo bien, su silueta,
Frente a mi ventana, tras de su balcón,
En la ceremonia, antes de dormir.
Nunca estuviste conmigo,
Y tus tres lunares de memoria sé,
El de la rodilla, el de tu mejilla,
Y el que solo yo podría morder.

Hasta con los ojos cerrados,
Esos tres lunares podría yo encontrar,
El de la rodilla, el de tu mejilla,
Y el que solo yo podría devorar.

Me tomaría una vida,
De esos tres lunares poderme llenar.

DEL PASADO EFÍMERO

Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía;
bajo el bigote gris, labios de hastío,
y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.

Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,
y un cordobés color de caramelo,
pulido y torneado.

Tres veces heredó; tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.
Sólo se anima ante el azar prohibido,
sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero,
o la proeza de un matón, sangrienta.

Bosteza de política banales
dicterios al gobierno reaccionario,

y augura que vendrán los liberales,
cual torna la cigüeña al campanario.

Un poco labrador, del cielo aguarda
y al cielo teme; alguna vez suspira,
pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto, si la lluvia tarda.

Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero en la Arcadia del presente,
le aburre; sólo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.

Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.

Antonio Machado

La Gusana Ciega - No puedo verte

Hay cosas que yo puedo perdonar,
pero hay cosas que tú tienes que explicar
Por qué yo siempre tengo que esperaren una esquina
mientras tú bailas con alguien más.
Yo no soy nadie para desconfiar,
pero últimamente nada ha sido igual.
Piensa dos veces antes de jugar
con mi cariño, que estoy dispuesto a hacerte llorar.
Por que yo no, no puedo verte
Con alguien más.
Hay cosas que yo puedo perdonar,
pero últimamente nada ha sido igual.
No te sorprendas si algún día estás sin mi cariño,
y estoy en brazos de alguien más.
No quiero descubrir que te vayas a ir,
no puedo permitir que me engañes a mí
como yo te engaño a ti.
Porque yo no, no puedo verte con alguien más.
porque yo no quiero perderte por alguien más

A LOS CELOS

¡Oh niebla del estado más sereno,
Furia infernal, serpiente mal nacida!
¡Oh ponzoñosa víbora escondida
De verde prado en oloroso seno!
¡Oh entre el néctar de Amor mortal veneno,
Que en vaso de cristal quitas la vida!
¡Oh espada sobre mí de un pelo asida,
De la amorosa espuela duro freno!
¡Oh celo, del favor verdugo eterno!,
Vuélvete al lugar triste donde estabas,
O al reino (si allá cabes) del espanto;
Mas no cabrás allá, que pues ha tanto
Que comes de ti mesmo y no te acabas,
Mayor debes de ser que el mismo infierno.

Luis de Góngora y Argote

AUDIOSLAVE - DANDELION

Settle down now and sit with me
Let me tell you how this all came to be
A yellow flower with your pedals to the air
And flying on paper wings that brought you here
Summer rolls on in the lazy hours
An ether dream way
Of hummingbirds and clouds
Midnight swims in the cool back waves
And you in my arms as it rolls away
[Chorus]
Little dandelion
Let your heart keep time
Now the clouds are gone
All of your tomorrows shine
Oh oh
All of your tomorrows shine
Oh oh
All of your tomorrows shine
Born of restless night the moon as a pearl
Playing games down inside your soft warm world
Hear my voice
I know that you can
You're the fire in my eyes
The sun as a man
Seasons come along and seasons go
And what they'll leave behind
I don't pretend to know
I'm afraid that all
I have missed
Will loom very large when the darkness lifts
[Chorus]
Little dandelion
Let your heart keep time
Now the clouds are gone
All of your tomorrows shine
All of your tomorrows shine
All of your tomorrows shine
I will ride by your side
Wherever you go
I won't run
I won't hide
Just letting you know
[Chorus]
Little dandelion
Let your heart keep time
Now the clouds are gone
All of your tomorrows shine
All of your tomorrows shine
All of your tomorrows shine
All of your tomorrows shine
All of your tomorrows shine
All of your tomorrows shine
Taduccion al Español: Diente de león

Tranquilízate y siéntate conmigo
Déjame decirte como es posible esto
Una flor amarilla con tus pétalos al aire
Y volando en las alas de papel que te trajeron aquí
El verano rueda en las horas lentas
Un camino éter de sueños
De colibríes y nubes
La media noche nada en las frescas olas
Y tu en mis brazos mientras se aleja
Pequeño diente de león
Deja que tu corazón lleve el ritmo
Ahora las nubes se han ido
Todos tus mañanas brillan
Oh oh
Todos tus mañanas brillan
Oh oh
Todos tus mañanas brillan
Nacida de la noche inquieta la luna como perla
Jugando dentro de tu suave y tibio mundo
Escucha mi voz se que puedes hacerlo
Eres el fuego en mis ojos
El sol como un hombre
Las estaciones llegan y se van
Y lo que tendrán detrás
No pretendo saber
Me temo que todo lo que me he perdido
Se avecinara cuando la oscuridad se disipe
Pequeño diente de león
Deja que tu corazón lleve el ritmo
Ahora las nubes se han ido
Todos tus mañanas brillan
Todos tus mañanas brillan
Todos tus mañanas brillan
Viajaré a tu lado
A donde sea que vayas
No huiré, no me ocultaré
Solo para dejarte saber
Pequeño diente de león
Deja que tu corazón lleve el ritmo
Ahora las nubes se han ido
Todos tus mañanas brillan
Todos tus mañanas brillan
Todos tus mañanas brillan
Todos tus mañanas brillan
Todos tus mañanas brillan
Todos tus mañanas brillan

NOCTURNOS DE LA VENTANA

A LA MEMORIA DE JOSÉ DE CIRIA Y ESCALANTE. POETA

1
Alta va la luna. Bajo corre el viento.
(Mis largas miradas, exploran el cielo.)
Luna sobre el agua. Luna bajo el viento.
(Mis cortas miradas, exploran el suelo.)
Las voces de dos niñas venían. Sin esfuerzo,
de la luna del agua, me fui a la del cielo.
2
Un brazo de la noche entra por mi ventana.
Un gran brazo moreno con pulseras de agua.
Sobre un cristal azul jugaba al río mi alma.
Los instantes heridos por el reloj... pasaban.
3
Asomo la cabeza por mi ventana, y veo
cómo quiere cortarla la cuchilla del viento.
En esta guillotina invisible, yo he puesto la cabeza
sin ojos de todos mis deseos.
Y un olor de limón llenó el instante inmenso,
mientras se convertía en flor de gasa el viento.
4
Al estanque se le ha muerto hoy una niña de agua.
Está fuera del estanque, sobre el suelo amortajada.
De la cabeza a sus muslos un pez la cruza, llamándola.
El viento le dice "niña", mas no puede despertarla.
El estanque tiene suelta su cabellera de algas
y al aire sus grises tetas estremecidas de ranas.
Dios te salve.
Rezaremos a Nuestra Señora de Agua
por la niña del estanque muerta bajo las manzanas.
Yo luego pondré a su lado dos pequeñas calabazas
para que se tenga a flote, ¡ay!, sobre la mar salada.


Federico García Lorca.
Residencia de Estudiantes, 1923

AL VOLVER

¡Bien hayas oh lejano
y glorioso contento
de volver a mirarla!
¡Qué desgano el del viaje de ahora, que me cubre
de una angustia de pésame!
Presiento la fuga del amor en este octubre.
Corre la antigua posta en la llanura
barrida por los cierzos de contino;
el sol avaro apenas si fulgura
sobre la paz de otoño del camino,
y con fúnebres sones que se dilatan
por la carretera van entonando en la mañana
austera coplas de desamor los postillones.
(Fuensanta: cuando ingreso
a tu azul valle la ternura de ayer
se me alborota, pero yo le aconsejo que se calle.
Mi corazón es una cuerda rota).
Y te miro por fin...
¡Pero qué raros se le aparecen a mi fe
taimada tu faz risueña y tus vestidos claros!
¡Oh, qué lejos te fuiste, enlutada!
Haces bien en reír de mis locuelas ilusiones,
¡ay Dios!, de hacerte mía, y en darlas un adiós,
que es alegría en el augurio de tus blancas telas.
En la zona en que muertas a cuchillo mis esperanzas
yacen hoy deshechas ¿no miras, dulce amada,
la pagana visión de un amorcillo
que me dispara sus ardidas flechas,
pero que va volando en retirada?

Ramon Lopez Velarde

viernes, 9 de noviembre de 2007

A un olmo seco


Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera también,
hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado

A la desierta plaza

A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.
Me apartaré. No quiero
llamar a tu ventana...
Primavera viene ?
su veste blanca flota
en el aire de la plaza muerta?;
viene a encender las rosas rojas de tus rosales...
Quiero verla...

Antonio Machado

Árbol de canción

Caña de voz y gesto,
una vez y otra vez tiembla
sin esperanza
en el aire de ayer.
La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.
¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
Un minuto después.
Sesenta flores grises
enredaban sus pies.
Mira cómo se mece
una vez y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer.

Federico García Lorca

Antonio Machado


Antonio Machado nació el 26 de julio de 1875 en Sevilla. Fue el segundo de cinco hermanos de una familia liberal. Su padre, Antonio Machado Álvarez "Demófilo", amigo de Joaquín Costa y de Francisco Giner de los Ríos, publicó numerosos estudios sobre el folclore andaluz y gallego. Su madre, Ana Ruiz. Su abuelo, Antonio Machado Núñez, era médico y profesor de Ciencias Naturales.
En 1883, su abuelo es nombrado profesor de la Universidad Central de Madrid y toda la familia se traslada con él a dicha ciudad. Antonio Machado completa entonces su formación en la célebre Institución Libre de Enseñanza, fundada por Francisco Giner de los Ríos.
Machado interrumpe varias veces sus estudios, afectado por los problemas económicos de su familia tras la muerte de su padre por tuberculosis en 1893. El influjo familiar y su centro de estudios marcaron su camino intelectual.
En 1899, Antonio Machado viaja a París, donde vive su hermano Manuel, y trabaja de traductor en la editorial Garnier. Allí entrará en contacto con, por ejemplo, Oscar Wilde y Pío Baroja. Vuelve a España y trabaja de actor mientras alcanza el título de bachiller.
En 1902 vuelve a París y conoce a Rubén Darío. De vuelta a Madrid entabla amistad con Juan Ramón Jiménez y publica Soledades (1903).
En 1907 publica Soledades, galerías y Otros poemas y gana las oposiciones al puesto de catedrático de francés, eligiendo la vacante del instituto de Soria, donde conoce a Leonor Izquierdo, con la que se casará dos años después teniendo ella 15 años y él, 34.
En 1911 viajará a París al conseguir una beca para ampliar sus estudios.
Leonor cae enferma de tuberculosis y muere en 1912, lo que sume a Machado en una gran depresión y éste solicita su traslado a Baeza (Jaén), donde vivirá con su madre dedicado a la enseñanza y al estudio.
En 1912 publica Campos de Castilla, obra en la que el autor se separa de los rasgos modernistas que presentaba su obra Soledades y del intimismo hacia el que había evolucionado en Soledades, galerías. Otros poemas, acercándose a los autores de la Generación del 98.
En 1917 conoce a Federico García Lorca y en 1919 se traslada a Segovia. En 1932 se le concede un puesto de profesor en el Instituto Calderón de la Barca, de Madrid.
Escribe textos en prosa que luego serán recogidos en los dos apócrifos Juan de Mairena y Abel Martín.
Con el estallido de la Guerra Civil marcha a Valencia. En 1937 publica su última obra, La guerra. En 1939 con la derrota del ejercito republicano huye de España y se exilia en Collioure (Francia), donde poco después se produce la muerte del poeta y la de su madre con sólo tres días de intervalo. En su bolsillo se encuentra un último verso: "Estos días azules y este sol de la infancia".

sábado, 3 de noviembre de 2007

No es que muera de amor...

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese, desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.

Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Jaime Sabines

Cafe Tacuba - El Baile y el Salón

Nos besamos bailando
en medio del lugar.
La música ya iba llegando al último compás.
Miradas en silencio y quien lo iba pensar.
que después de este primer baile
me iba a enamorar
Yo que era un solitario bailando
me quedé sin hablar
Mientras tú me fuiste demostrando
que el amor es bailar
La vida es un gran baile
y el mundo es un salón
y hay muchas parejas bailando
a nuestro alrededor
Y entre toda esta gente
nos fuimos a encontrar,
pareciamos predestinados para asi bailar.
Yo que era un solitario bailando
me quedé sin hablar
Mientras tú me fuiste demostrando
que el amor es bailar
Y ahora que estamos en la pista tú y yo,
no quiero que dejemos de bailara asi,
pues vienen otros ritmos que tequieren separar de mi,
y no pueda abrazarte ni sentir tu cuerpo,
y vuelva a bailar solo como antes
de estar junto a ti,
Y asi bailando quiero
que me hagas el amor,
de hombro a hombro
voleuz-vous coucher avec moi?
Yo que era un solitario bailando
me quedé sin hablar
Mientras tú me fuiste demostrando
que el amor es bailar
Yo que era un solitario bailando
me quedé sin hablar
Mientras tú me fuiste demostrando
que el amor es bailar

Al triste


Ahí está lo que fue: la terca espada
del sajón y su métrica de hierro,
los mares y las islas del destierro
del hijo de Laertes, la dorada
luna del persa y los sin fin jardines
de la filosofía y de la historia,
el oro sepulcral de la memoria
y en la sombra el olor de los jazmines.
Y nada de eso importa.
El resignado ejercicio del verso
no te salva ni las aguas del sueño
ni la estrella que en la arrasada noche
olvida el alba.
Una sola mujer es tu cuidado,
igual a las demás, pero que es ella.

Jorge Luis Borges

Epitafio para un poeta

Quiso cantar, cantar
para olvidar su vida
verdadera de mentiras
y recordar su mentirosa vida
de verdades.

Octavio Paz

Los Concorde - Rompecabezas


Y todo lo que nunca fue
y lo que no dejamos ser
tratamos de taparlo con un dedo

Y sin embargo vuelvo a empezar
no tiene caso esperar
nunca pensé en consecuencias
ya no vuelve a pasar
ya no soporto los domingos
son lo mismo son lo mismo
es una telenovela que no quiero mirar

Ay complot de mujer
y lo incubre tu piel
eres criminal y delator a la vez
tratamos de taparlo con un dedo

Y sigue todo igual
sigue lento sigue frío
sigue sin parecer tener algo divino
es un rompecabezas de miles de piezas
que ya no quiero armar ya no pretendo armar
no

Y cuando pude estar seguro
de que sería yo ninguno
volaste como arena con el viento

Trataste de taparlo con un dedo
El complot de tu piel
y tu forma de ser
cometen ese crimen que se llama mujer
y siempre lo tapamos con un dedo.

Autumnal

En las pálidas tardes yerran nubes tranquilas
en el azul; en las ardientes manos
se posan las cabezas pensativas.
¡Ah los suspiros! ¡Ah los dulces sueños!
¡Ah las tristezas íntimas!
¡Ah el polvo de oro que en el aire flota,
tras cuyas ondas trémulas se miran
los ojos tiernos y húmedos,
las bocas inundadas de sonrisas,
las crespas cabelleras
y los dedos de rosa que acarician!
En las pálidas tardes
me cuenta un hada amiga
las historias secretas
llenas de poesía;
lo que cantan los pájaros,
lo que llevan las brisas,
lo que vaga en las nieblas,
lo que sueñan las niñas.
Una vez sentí el ansia
de una sed infinita.
Dije al hada amorosa:
Quiero en el alma mía tener la aspiración
honda, profunda, inmensa:
luz, calor, aroma, vida. Ella me dijo:
¿¡Ven!?
con el acento con
que hablaría un arpa.
En él había un divino
aroma de esperanza.
¡Oh sed del ideal!
Sobre la cima de un monte,
a medianoche,
me mostró las estrellas encendidas.
Era un jardín de oro con pétalos
de llama que titilan.
Exclamé: Más...
La aurora vino después.
La aurora sonreía,
con la luz en la frente,
como la joven tímida
que abre la reja,
y la sorprenden luego
ciertas curiosas, mágicas pupilas.
Y dije: ¿Más...?
Sonriendo la celeste
hada amiga prorrumpió:
¿¡Y bien! ¡Las flores!
Y las flores estaban frescas,
lindas, empapadas de olor:
la rosa virgen, la blanca margarita,
la azucena gentil y las volúbiles
que cuelgan de la rama estremecida.
Y dije: ¿Más...?
El viento arrastraba rumores,
ecos, risas, murmullos misteriosos,
aleteos, músicas nunca oídas.
El hada entonces me llevó
hasta el velo que nos cubre
las ansias infinitas,
la inspiración profunda
y el alma de las liras.
Y los rasgó.
Allí todo era aurora.
En el fondo se vía
un bello rostro de mujer.
¡Oh; nunca, Piérides,
diréis las sacras dichas
que en el alma sintiera!
Con su vaga sonrisa: ?
¿Más?... ?dijo el hada.
Y yo tenía entonces
clavadas las pupilas en el azul;
y en mis ardientes manos
se posó mi cabeza pensativa...

Rubén Darío

viernes, 2 de noviembre de 2007

Amor de tarde

Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula interes
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios

tú con el tizne azul de mi carbónico.

Mario Benedetti

Caifanes - Los Dioses Ocultos

¿Por qué no puedo andar a gatas
como lo hacen los locos?
¿Por qué no puedo aullarlo todo
como lo hacen los lobos?
¿Por qué no puedo resignarme
y aguantarme hasta la risa?
¿Por qué uno quiere lanzarse desde lo alto
y al bajar buscar olvido?
¿Serán los dioses ocultos o serás tú?
será una decisión mortal
¿serán los dioses ocultos o serás tú?
Será una decisión mortal
¿Por qué no puedo desgarrarme la piel
hasta lograr un vacío?
¿Por qué uno se retuerce entre rincones
mirando al cielo en busca de alguien?
¿Serán los dioses ocultos o serás tú?
será una decisión mortal
¿serán los dioses ocultos o serás tú?
Será una decisión mortal
fatal

Contenido.

Como recordaran en “El Agujero en el Silencio” o lo que es lo mismo “Las Muecas de la Imaginación” se deba un espacio a la poesía y a la música todo se combinaba, por ello escogí los siguientes contenidos:

-Poesía de varios autores (poemas)
-Letra de canciones tanto en español como en ingles, y las traducciones de las mismas (letras).
-Videos que corresponden a las letras, los cuales podrás ver aquí.
-Reseñas de artículos sobre corrientes filosóficas (Filosofía)
-Biografías de personajes variados como poetas, filósofos, etc. (personaje)
-Y claro los imprevistos que nunca faltan (varios)

Espero les agrade.

Contenido del blog

Dicen Que Soy Yo

Mi foto
El Destino Existe Y Tambien La Voluntad, Para Desafiarlo y Vencerlo Es Necesario El Sacrificio. " Asi Sera y Sere Feliz" Dicen soy un cualquiera, facilote y con corazon de pollo, pero solo el lado "B".

Zi y Pon

Zi y Pon
Le abrazaria si no tuviera los brasos tan cortos



Abrazos



Puedo Hacerte Siempre tu Sonrisa

Conejo!?

oh, mira. Lo golpeo para usted

Esto Es Normal

No importa cuanto practique yo no pude hacer un dibujo de usted que se paresca bastante

Incluso si quedara horriblemente desfigurado en un accidente anormal con esta todavia podre identificarlo para amarle


umm, sea feliz, bien? ¡la mate por ud!

Tu haces a mi corazon tan feliz, que yo vomite sangre

De Jeff Thomas